La semana pasada
llegó a mis manos un ejemplar de la opera
prima de nuestro compañero Jorge Alcázar, profesor de matemáticas del IES
Zoco. Sorprendida por la repentina aparición en el universo literario de un
poeta para mí desconocido - teniendo en cuenta el silencio en el que mantenía
su empeño poético-, me dispuse a indagar en la expresión lírica de mi colega.
Grata sorpresa.
Descubrí en estos versos a un poeta que afirma que “la poesía se revela como la
forma salvaje y pura del ser humano”. Entendí entonces el motivo del título, Principio de exclusión. Jorge
Alcázar desea expresar en cada uno de sus poemas lo excluyente que conforma al
ser humano, la oposición entre su dimensión social y su perspectiva interior.
Es una exclusión que lo arroja al conocimiento de su propia soledad, a la
afirmación de comprenderse como una fusión del egoísmo en sociedad con la tímida
y retraída soledad interior.
Estos versos nos conducen hasta los temas universalmente poéticos: la
vida como un difícil camino hacia la muerte, el inexorable paso del tiempo, el
amor perseguido y perdido, la nada existencial,
nuestra agonizante sociedad que se ha tornado desleal con el ser humano
o la conformación de la identidad a través del recuerdo. Por otra parte,
nuestro compañero nos descubre en el prólogo de su libro su visión del quehacer
poético con la afirmación de que “El
ejercicio poético, se muestra como la luz que recorre aquellos pabellones
interiores que nos asisten en nuestro día a día pero que, de forma velada,
permanecen oscuros y solitarios”. Es la vuelta a la “catarsis” en el
sentido griego clásico del término, unido al origen de la representación
dramática como momento en el que el dios Dionisos nos asiste y se mezcla con
los humildes mortales.
Dividido en tres partes,
este libro de poemas nos revela la sólida
formación en astrofísica del autor, su
visión de la sociedad actual, víctima expiatoria de las ambiciones de una
minoría y las lecturas que han conformado su propio universo literario. Sin
embargo, el poeta afirma desaparecer y desvanecerse en el acto de la
comunicación literaria. Somos nosotros, sus lectores, en el momento único e
irremplazable de la lectura, los que dotamos a estos versos de contenido
existencial y de sentido estético.
El libro ha sido
editado por United P.C. y puedes
encontrarlo pinchando AQUÍ.
Un hombre solo.
Su pensamiento cuelga en el universo.
Tomándolo a menudo
rechaza toda muestra de soledad.
Adivina por entre ventanas
cierta música que lo vuelve cierto,
que lo yergue mayúsculo entre sus semejantes.
Se agota su claridad universal
y conversa con su ego.
Un hombre solo.
A veces, en días húmedos,
se acerca hacia una literatura olvidada
y reclama un llanto colectivo.
Advierte su propia estatura (ausencia)
y se torna ausente, ínfimo, prescindible.
Un hombre solo.
Tomando su mentón entre dos manos
se prueba un pantalón,
acicala su pelo y busca entre otros.
Al fin se encuentra y sonríe.
Se ha reconocido en la multitud.
Os dejo un anticipo de este
poemario. El acto de creación ha pasado a vuestras manos.
UN HOMBRE SOLOUn hombre solo.
Su pensamiento cuelga en el universo.
Tomándolo a menudo
rechaza toda muestra de soledad.
Adivina por entre ventanas
cierta música que lo vuelve cierto,
que lo yergue mayúsculo entre sus semejantes.
Se agota su claridad universal
y conversa con su ego.
Un hombre solo.
A veces, en días húmedos,
se acerca hacia una literatura olvidada
y reclama un llanto colectivo.
Advierte su propia estatura (ausencia)
y se torna ausente, ínfimo, prescindible.
Un hombre solo.
Tomando su mentón entre dos manos
se prueba un pantalón,
acicala su pelo y busca entre otros.
Al fin se encuentra y sonríe.
Se ha reconocido en la multitud.
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