viernes, 19 de octubre de 2012

Algunos libros para entender nuestra primera Constitución

En 1812 nuestras PRIMERAS CORTES, establecidas en Cádiz debido a la Guerra de Independencia contra los franceses, redactaron también nuestra PRIMERA CONSTITUCIÓN.
Vivimos en un año clave, históricamente mágico, 2012 ya que se celebra el Bicentenario de la llamada "Pepa", nombre que los gaditanos de principios del s.XIX dieron a la primera constitución de España. La magia de Cádiz contribuyó a que fuera precisamente aquí -en un contexto de lucha contra la imposición política francesa- donde naciera un texto mágico en el que se fundieron las aspiraciones de los españoles representados por los diputados de nuestras primeras cortes.

La literatura actual ha recreado, a través de la pluma de varios escritores españoles, estos hechos históricos enmarcándolos en lo que se denomina "novela histórica", ya dirigida al público juvenil o a lectores adultos.
Desde nuestra "pecera de los libros" queremos hacer varias recomendaciones:

La cruz de la sangre. Conjura contra las Cortes de Cádiz de Miguel F. Villegas (Ed.Padilla). Es una novela juvenil.
La historia viene acompañada por unas ilustraciones a cargo de Juan Manuel Moreno Yagüe, también autor de la cubierta.
Cádiz, 1812, asediada por el ejército francés y acosada por las bombas. Una pareja de adolescentes descubre un complot, plagado de intrigas, contra las Cortes de Cádiz, que les complica gravemente su existencia. Al mismo tiempo, aparecen misteriosamente asesinadas ciertas personas con una característica común. Un astuto comisario se enfrenta ambos conflictos ayudado de la sagacidad y el empeño de ambos adolescentes, que siguen los pasos del asesino y buscan el nido de los conspiradores. Ambos hechos entrelazados atrapan al lector y mantienen su atención hasta el final del libro, con la proclamación de la Constitución de Cádiz.
Recomendada para toda la ESO, Bachillerato y CC.FF
 
Molina, Mª Isabel: La Pepa. 1808 - 1812. Tiempos de Constitución. Madrid, Santillana, Alfaguara infantil y juvenil, 2008.
Cádiz, 1811.- Pepita Fenández de los Llanos, con doce años recién cumplidos, llega a Cádiz desde la alta California. Viene a vivir con su hermanastro, el conde de los Llanos, al que no conoce. Allí va a vivir numerosas aventras: colabora con él ayudando a los guerrilleros, la secuestra un grupo de guerrilleros-bandoleros, y participa en una escaramuza contra los franceses. Al final, integrada en su nueva familia, asistirá a la proclamación de la constitución el 19 de marzo de 1812.
Recomendada para toda la ESO
 
Episodios Nacionales. Cádiz de Benito Pérez Galdós




 
Reseña en Wikipedia
Cádiz es el octavo relato de la primera de las cinco series que integran los Episodios. Continúa con el relato novelado de la Guerra de Independencia entre España y Francia. En esta entrega se hace una pausa en la descripción de las hazañas bélicas para centrar la acción en la relación entre el protagonista, Gabriel de Araceli, y su amada Inés, con el trasfondo histórico de las Cortes de Cádiz de 1812 en pleno asedio de las tropas francesas.
Recomendada para Bachillerato

 

Otras novelas de temática histórica recomendadas:
 
El asedio de Arturo Pérez Reverte
 
Reseña de la editorial:
 
Cádiz, 1811. España lucha por su independencia mientras América lo hace por la suya. En las calles de la ciudad más liberal de Europa se libran batallas de otra índole. Mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo del cadáver, ha caído una bomba francesa. Eso traza sobre la ciudad un mapa superpuesto y siniestro: un complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto —un asesino despiadado, el azar, las curvas de artillería, la dirección de los vientos, el cálculo de probabilidades— mueve piezas que deciden el destino de los protagonistas: un policía corrupto y brutal, la heredera de una importante casa comercial gaditana, un capitán corsario de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un enternecedor guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero a quien las guerras importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus obuses.

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