domingo, 23 de marzo de 2014

HÉCUBA O LA ESENCIA DEL TEATRO

"Increíble la noche que hemos pasado. La representación ha sido... no hay palabras para describirla. Es fácil llorar, reír y reflexionar con cada monólogo que hace Concha bajo el papel de Hécuba"
ROCÍO LÓPEZ (1º Bachillerato Humanidades. IES Zoco)

Es algo totalmente aceptado que el género dramático fue inventado por los griegos de la antigüedad. No podía ser de otra manera puesto que también fueron los primeros que intentaron ofrecer una explicación racional del mundo a través de la filosofía. El teatro era necesario en este desarrollo de la inteligencia humana que se produjo en apenas 8 siglos en esta zona del Mediterráneo. La tragedia muestra la dimensión humana de los grandes héroes que experimentan sentimientos, pasiones o momentos de terrible cólera en la obra representada; de esta manera, el campesino o el comerciante heleno del s.V a.C. podía sentirse reflejados en estos personajes de tan elevada condición humana que se veían abocados a terribles finales.

Esto nos sucedió el viernes pasado cuando asistimos a la representación de Hécuba, una de las 19 tragedias conservadas de Eurípides. Basada en el ciclo mítico troyano, esta tragedia nos muestra las consecuencias de la guerra de Troya, en este caso en la figura de Hécuba, esposa del rey troyano Príamo, que ha visto morir a varios de sus hijos y a su marido en el combate contra los aqueos y a su hija Casandra convertida en esclava-concubina de caudillo Agamenón. En esta obra tendrá que sufrir, de nuevo, la ira de los vencedores al tener que sacrificar a su hija Polixena por orden del espíritu de Aquiles; además, sentirá la traición de rey de Tracia, Polimnéstor, al que había confiado a su hijo pequeño, Polidoro, para que no tuviera que sufrir la guerra. El rey, guiado por la codicia, mata al joven príncipe troyano para apoderarse de su oro.

Los alumnos del Bachillerato de Humanidades de nuestro centro asistieron -en algunos momentos totalmente sobrecogidos- a la terrible venganza que ejecutará Hécuba sobre el rey Tracio. Pero lo más espectacular fue la puesta en escena de esta figura de madre vengadora por parte de nuestra gran actriz Concha Velasco. No tenemos palabras para describir la actuación de esta reina de la escena española. Su porte y su grandeza contribuyeron sin duda a elevar la representación dramática al más puro teatro. La dignidad de Hécuba se mantuvo en todo momento potenciada por la imponente voz de esta actriz.

Tuvimos la suerte de conocerla en persona antes de la representación escénica. Le pareció muy importante que jóvenes como los de nuestro centro acudieran un viernes al teatro para presenciar las palabras compuestas por un poeta griego del s. V a C. Hablamos sobre lo justo y lo injusto que denuncia la protagonista de la obra, sobre la personalidad de  Eurípides, así como de la oposición entre razón y pasión que muestra el autor en toda su producción dramática. Pudimos admirar la belleza de esta señora que lleva años al pie del cañón. Una buena experiencia que, sin duda, no olvidarán nunca estos muchachos que no tienen muchas ocasiones de vivir en directo la herencia del pasado para comprender mejor el presente.

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