domingo, 20 de octubre de 2013

EL MONÓLOGO. UNA HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS

 

El monólogo humorístico -o stand-up comedy- que ironiza sobre la actualidad y sobre nuestra realidad más cotidiana se ha asentado rápidamente en nuestro panorama audiovisual. 
Para encontrar los orígenes del formato actual debemos remontarnos a la Commedia dell'Arte de los siglos XVI y XVII y al vodevil del siglo XVIII. Se conoce la existencia en el siglo XIX de conferenciantes, tales como el escritor Mark Twain, que empezaron a entretener a sus audiencias contando historias cómicas y creando personajes vulgares que hablaban con fuertes acentos dialectales (Jones, 2009).
En España, el género empezó a popularizarse a través de la televisión en los años noventa, pero no debemos olvidar que, en cierta manera, existía ya una tradición propia de espectáculos cómicos unipersonales. Por ejemplo, cuenta la biografía de Miguel Gila que en 1951 el humorista subió a un escenario como espontáneo para improvisar un monólogo sobre su experiencia como voluntario de guerra. Empezó, así, una carrera famosa por sus gags de “diálogos figurados” al teléfono, cuyo costumbrismo lindaba a veces con el surrealismo”. A finales de los años 90, fue el presentador catalán Andreu Buenafuente el que estableció como costumbre abrir sus shows nocturnos en la televisión catalana con un monólogo al más puro estilo americano.
Desde nuestra labor docente queremos poner de relieve el enorme potencial didáctico del formato, no solo en su forma escrita, sino ya en su forma vídeo. Es una herramienta para el desarrollo de las siguientes competencias:
1. Competencia lingüística: Los monólogos pueden presentarse en el aula como magníficos ejemplos para el estudio, sobre todo, del español coloquial, o de figuras del discurso, como símiles, metáforas, hipérboles, personificaciones, ironía, etc.
Para el desarrollo de la competencia oral, el formato del monólogo permite trabajar con nuestros alumnos para mejorar los elementos de sus discursos expositivos (introducciones, captatios, ejemplos, anécdotas, progresión temática, argumentación…)
2. Competencia cultural y artística: El monólogo resulta idóneo porque el alumno puede ver y oír en el vídeo sus gestos y su entonación. Es importante que perciba y ponga en práctica diferentes entonaciones que aportarán mayor expresividad a su lengua.
3. Competencia social y ciudadana: Se puede poner el foco sobre los tópicos y estereotipos o  en los cambios de rol del monologuista en el discurso referido (acentos regionales como el andaluz o el gallego, o de grupos como los gitanos o los “pijos”, y las valoraciones subyacentes en ellos). No olvidemos que es nuestro deber como docentes el promover una reflexión intercultural juiciosa sobre los estereotipos que sirven de base al humor.
                Nosotros, en clase de Proyecto Integrado de 4º de ESO, estamos trabajando esta forma discursiva tanto desde el texto escrito como a través del discurso oral. Es muy motivador ver a nuestros alumnos “pasárselo en grande” en esta clase, como queda de manifiesto en el siguiente vídeo protagonizado por Manuel Caballero de la Fuente.
 


 
 
 
 

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